Hablar en público es una de las mejores herramientas para tener éxito en la vida profesional o de negocios, a la que deberás enfrentarte constantemente, ya sea en una exposición, ante tu equipo, socios, clientes o posibles inversionistas. Sin embargo, para muchos constituye uno de sus mayores temores, cuanto mayor sea la importancia del evento, peor el miedo.
Pero hacerlo en realidad no es tan difícil. No es más que conversar, y pensemos, esto lo hacemos todo el tiempo prácticamente. Lo importante para convertirte en un buen orador y aprender a expresar tus ideas ante la audiencia, ya sea de diez, cien o mil personas, es tener aptitud y perder el miedo, que aparece por muchas razones, desde el temor a las críticas o al fracaso, ansiedad, incertidumbre o la pérdida de prestigio, entre otros.
Para ayudarte, a continuación, te diremos cuáles son los pasos que debes seguir; pero antes te revelaremos un secreto: Cuando prepares una presentación, ten en cuenta que el mensaje a divulgar debe ir al encuentro de las necesidades, problemas y expectativas de los oyentes; desarrolla el tema principal de manera lógica, clara y entrelazada armónicamente. Estos son los pasos:
1. Selecciona un tema que te apasione y domines
Lo más probable es que seas invitado a hablar en público para presentar una investigación, si eres estudiante; o debido a tu profesión o actividad económica, si trabajas. Lo mejor es basar tu ponencia en experiencias cotidianas, o en un tema de actualidad aplicado a tu área de conocimientos.
2. Establece objetivos concretos
Como todo en la vida, debes saber para dónde vas si deseas llegar a ese lugar. No puedes elegir el rumbo, si antes no has escogido el destino. Luego de seleccionado el tema, piensa en las verdaderas causas que te motivan a hacer la presentación. Los objetivos pueden ser, desde informar y transmitir información nueva sobre el tema; persuadir, motivar y estimular a tus oyentes para que tomen acción de algún tipo; y/o promoverte como profesional experto ante el público.
3. Conoce a tu audiencia
Tanto el tema como la presentación tienen que tener concordancia con el auditorio al que te dirijas. Cada aspecto de la charla debe tomar en cuenta quiénes son las personas que escuchan (edad, sexo, nivel sociocultural y diversidad racial) y cuáles son los objetivos que se pretenden lograr, para adecuar el tipo de vocabulario, la extensión del discurso, el significado de los gestos, el volumen e intensidad de la voz, y la cantidad de información que será transmitida. Puede suceder que la misma conferencia, charla o presentación que fue exitosa en un grupo o evento, no lo sea en otro grupo o en otro momento.
4. Investiga
Lleva a cabo un proceso de investigación, desarrollo y preparación de tu conferencia, charla o presentación; concentrando tus esfuerzos en el tema central. Comienza escribiendo y recopilando información basada en tu propia experiencia y conocimientos, conversa con especialistas y/o gente relacionada con el tema que pueda brindarte algún tipo de testimonio, navega por Internet, acude a bibliotecas, recurre a libros y archivos de periódicos, busca entrevistas grabadas y películas, etc. Una vez reunidos los datos, procede a organizarlos para poder redactar el contenido de la conferencia. Hazlo en el orden lógico que se acostumbra:
- Introducción: Parte del discurso para saludar y conquistar al público, capturando su atención.
- Preparación: Para informar a los oyentes sobre cuál será el tema y a dónde pretendes llegar.
- Tema Central: Desarrollo del tema principal e información completa de la conferencia. Puedes presentarla ordenada en función de una escala de tiempo, espacio, u organizada según causa y efecto. Utiliza elementos de transición para facilitar la comprensión del mensaje.
- Conclusión: Cierre del tema. Das un resumen de la información presentada en una o dos frases, agregas una oración que aluda a los sentimientos y cierras con una expresión poderosa que llame a la reflexión, a la acción o que refuerce tu posición sobre la base del objetivo planteado.
5. ¡Practica, practica y practica!
La práctica es fundamental. Debes aprovechar cada oportunidad para practicar, no solo la conferencia como un todo, sino también cada parte por separado, sobre todo la introducción y conclusión. Practica en privado la conferencia completa. Mide los tiempos. Analiza cambios que requieran refinamiento. De ser posible, trata de presentar la charla a un grupo pequeño de amigos, colegas o un grupo de referencia.
Terminada la conferencia, dedica tiempo para analizar tu desempeño. Modifica los puntos que tuviste que suprimir o mejorar. Determina qué puntos puedes fortalecer. Anota la experiencia acumulada, las enseñanzas, revisa todo el proceso. Todo forma parte del proceso de aprendizaje, y de seguro la próxima vez lo harás mejor.
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