
En los últimos días, la noticia de que la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos utilizará el programa PRISM para tener acceso a los datos privados almacenados por sitios Web populares, como Facebook y Google; ha generado una serie de protestas relacionadas con el grado de privacidad que realmente tenemos en línea.
Los jóvenes deben aprender cómo mantenerse seguros en la Red, sobre todo con tanta información acerca de sus vidas –tanto educativa como personal- que han subido a ella. En el caso de los estudiantes internacionales, las diferencias culturales y las barreras idiomáticas pueden hacerlos aún más susceptibles a acciones y páginas Web fraudulentas. Asimismo, la necesidad de estar conectados prácticamente a toda hora a través de dispositivos móviles, teléfonos inteligentes, tabletas y laptops; ha sacado nuestra información privada a la calle, convirtiéndonos en blancos fáciles del denominado “cibercrimen”.
Ahora, mientras no seremos capaces de controlar cuánto conocerá el Gobierno de nuestra actividad en línea, sí podemos establecer límites en cuanto a lo que pueden o no pueden ver quienes nos rodean. A continuación te presentamos los cuatro errores más comunes que cometen los estudiantes al navegar por Internet, para que estés atento:
Dispositivos móviles
El uso de tabletas y teléfonos inteligentes sigue aumentando, así como también el desarrollo de aplicaciones y redes sociales que buscan interrelacionarnos y simplificarnos la vida. Ya no es necesario acudir a determinada página e ingresar tu nombre de usuario y contraseña, pues al instalar la aplicación para equipos móviles automáticamente estás conectado. Sin embargo, si tu dispositivo cae en las manos equivocadas, constituirá una ventana abierta hacia tus datos y hasta tu correo electrónico. Evítalo activando el bloqueador de pantalla y colocando una contraseña de acceso (un código de 4 caracteres, un diseño y/o hasta un software de reconocimiento facial que verifica si eres tu quien trata de utilizar el dispositivo). Incluso puedes considerar instalar aplicaciones de seguridad, como Cerberus o Plan B, que te permiten rastrear el equipo y borrar toda la información en caso de extravío.
Trabajo fuera del campus
A menudo, los estudiantes deben llevar consigo sus dispositivos electrónicos si planean trabajar en la biblioteca o asistir a un seminario. Esto significa cargar encima información confidencial, en un equipo tecnológico altamente codiciado por los ladrones, que muchas veces es difícil de esconder. Sin embargo, puedes ocultarlo en tu mochila en vez de cargarlo a la vista en una porta laptop, y evitar sacarlo en público.
Cuando el período escolar está por terminar, y los exámenes y fechas de entrega de proyectos se vislumbran en el horizonte, la biblioteca suele colapsar por la cantidad de alumnos que pasan la mayor parte de su tiempo allí (a veces el día completo, e incluso noches). En ocasiones, cuando necesitas ir al baño o comer algo, dejas tus pertenencias en tu área de trabajo pensando que nada va a suceder en un ambiente estudiantil de fraternidad universitaria. No lo hagas. Llévate todas tus cosas si te vas, aunque pierdas el espacio; o mete en tu bolso pequeños bocadillos para cuando tengas hambre y estudia en grupo, para que alguien vigile tus bienes mientras tomas un descanso.
Redes sociales
Es innegable que Facebook y Twitter son excelentes herramientas para hacer amigos, planificar eventos y conectar con personas (compañeros de estudios, vecinos, familiares, etc.) que de una u otra forma han pasado por nuestras vidas y en la actualidad siguen caminos distintos. Sin embargo, aunque pareciera ser un código de conducta común, no publiques TODA tu información; sobre todo datos relacionados con el lugar en el cual te encuentras o lo que piensas hacer. Es muy sencillo para desconocidos saber cómo lucimos, nuestros nombres, quiénes son nuestros amigos y muchas cosas más; así que revisa tus parámetros de seguridad y controla quién puede ver tus publicaciones, así como también se precavido a la hora de aceptar una solicitud de amistad o a un seguidor.
Correos electrónicos
Los jóvenes están acostumbrados a recibir montones de mensajes de diversas fuentes, entre ellas las uniones estudiantiles, la oficina de administración de la universidad y la facultad a la que pertenecen. En el caso de las sociedades, los miembros tienden a suscribirse en páginas que luego ni visitan (usualmente, lo hacen para recibir algún beneficio gratuito y luego se olvidan); lo que significa que ni siquiera controlan quién les envía correos electrónicos. Lo más recomendable es NO abrir mensajes de personas desconocidas. Asimismo, es necesario evitar transmitir información privada vía e-mail; y si lo hace, borre el mensaje de sus archivos para que no caiga en las manos equivocadas.
Artículos y enlaces recomendados:
3 Aplicaciones gratuitas que todo estudiante debe tener en su teléfono móvil o tableta
Estudios de Computación y Tecnologías de la Información en el exterior