Sí, como lo leíste. Está comprobado científicamente que hacer ejercicio físico como caminar, correr, nadar o cualquier otro ejercicio aeróbico aumenta nuestra capacidad cognitiva.
En los últimos años se han llevado a cabo estudios en laboratorio donde neurocientíficos y fisiólogos han reunido pruebas sobre la relación que existe entre ejercitarse y el aumento de la capacidad intelectual.
Los experimentos con ratas y ratones han ofrecido resultados contundentes. Hasta hace poco no había mucha investigación dedicada particularmente a los efectos cerebrales que causaba en los roedores el hecho de correr frente a otras actividades estimulantes con nuevos juguetes, pero que no aumentaban la frecuencia cardíaca de los animales.
El año pasado un equipo de investigadores del Beckman Institute for Advanced Science and Technology de la University of Illinois at Urbana Champaign estudiaron cuatro grupos de roedores que fueron sometidos a diferentes condiciones de vida creadas en sus jaulas de laboratorio. A todos estos animales se les aplicó una serie de pruebas cognitivas al inicio del estudio además de inyectárseles una sustancia que permitía a los investigadores detectar cambios en sus estructuras cerebrales.
Un grupo fue estimulado en el área sensorial y gustativa ofreciéndole variedad de frutas, quesos e incluso comidas espolvoreadas con canela, su hábitat era colorido, con túneles plásticos y espejos. El segundo grupo tuvo acceso a los mismos placeres pero además tenían pequeñas ruedas en forma de disco para correr. El tercer grupo estaba en jaulas estándar, sin adornos, ni juguetes y eran alimentadas con croquetas estándar. Sin embargo, los roedores del cuarto grupo estaban en jaulas dotadas de ruedas para correr pero sin acceso a otros juguetes ni placeres. Estas condiciones de vida se mantuvieron constantes por varios meses en los 4 grupos.
Después, los investigadores sometieron a los animales a los mismas pruebas cognitivas y examinaron su tejido cerebral para encontrar que los juguetes y sabores estimulantes que habían usado en algunos grupos no mejoraban el cerebro de los animales. Sólo una cosa había importado y había marcado la diferencia y era, según Justin S. Rhodes, líder de la investigación, haberse ejercitado en la en la rueda para correr.
Para sorpresa de los investigadores sólo aquellos animales que se ejercitaron (no importa si estaban en contacto o no con otros estímulos en sus jaulas) tuvieron cerebros más sanos y mejor rendimiento en las pruebas cognitivas en relación a los otros grupos de roedores.
¿Por qué nos ayuda el ejercicio físico a fortalecer el poder cerebral?
Al igual que el resto de órganos y músculos del cuerpo, el tejido cerebral y el funcionamiento del cerebro comienzan a decaer con la edad y la subutilización. Se estima que cerca de los 30 años la mayoría de nosotros comienza a perder alrededor del 1% del volumen del hipocampo, esa parte del cerebro responsable de nuestra memoria, el manejo del espacio y ciertos tipos de aprendizaje. Es allí donde el ejercicio desempeña un rol importante ya que probablemente disminuye e incluso revierte la decadencia cerebral así como lo hace con los músculos. Esto quedó demostrado cuando científicos encontraron que ratones que corrían tenían alrededor del doble de nuevas neuronas que los animales sedentarios.
Por otra parte, según un artículo publicado en 'Proceedings of the National Academy of Science'(PNAS), se constató a través de pruebas de imagen cerebral que el ejercicio físico ayuda a conservar la memoria y lo hace porque aumenta el volumen de las zonas cerebrales relacionadas con esta función cognitiva. Es decir que el ejercicio aeróbico se comporta como un neuroprotector en los humanos y que incluirlo como parte de las actividades regulares de nuestra vida nos a permitirá mejorar o aumentar la cognición y el volumen cerebral.